Impacto de mi entrevista sobre las bendiciones de parejas homosexuales para Enriquísimo TV

En muy pocas horas, el video de mi entrevista a Enriquísimo TV está teniendo un fuerte impacto:
 

 

Hay muchas reacciones muy interesantes. Y siempre es la misma guerra, entre el equipo de la « Caridad » y el equipo de la « Verdad » (enfocado en la noción de « pecado »). Lo que sí compruebo, es que los oponentes al texto de las bendiciones se quedan todos muy cortos y tajantes con el asunto de « la práctica homo = pecado ». Dicen : « No se puede bendecir un PECADO! Es desobediencia !! Y punto! ». Pero no desarrollan por qué es/sería un « pecado ». 😏. Siempre volvemos al mismo rollo, y tropiezan en el mismo « hueso ». Por lo que mi libro (en francés) cae como anillo al dedo, dado que resuelve la cuestión del pecado. Y esta entrevista sobre las 8 mentiras también.

8 Mentiras e hipocresías en el documento del Dicasterio sobre las bendiciones de las parejas homosexuales


 
Véase el documento original en este enlace + la entrevista (estupenda) por Instagram con Enriquísimo TV.
 

 

Mentira nº1 : Esta nueva bendición no justifica ni promueve nada.
 

« De hecho, mediante estas bendiciones, […] no se pretende legitimar nada. » (§ 40)
 

FALSO. Promueve implícitamente el acto homo, la unión homo como pareja y como Amor (ciertamente incompleto y no querido por la Iglesia… pero Amor igual). Ya que en el texto no se habla de bendecir a las personas homosexuales individualmente, o a cada una de las dos personas que componen la pareja homosexual. No. Se dice explícitamente « bendiciones de parejas del mismo sexo » (la expresión se utiliza 7 veces).
 
 

Mentira nº 2 : Esta nueva bendición no es ni sacramental ni litúrgica. (de manera implícita, no justifica la situación de las personas a las que bendice… con el pretexto de que se define como « no ritual », « no litúrgica », « improvisada », « no official », « claramente distinta de la forma del matrimonio », « a iniciativa de cada sacerdote », e incluso « bíblica »).
 

« Hay que subrayar que, precisamente en el caso del rito del sacramento del matrimonio, no se trata de una bendición cualquiera, sino del gesto reservado al ministro ordenado. » (§ 6)

« evitando que estas bendiciones no ritualizadas se conviertan en un acto litúrgico o semi-litúrgico, semejante a un sacramento. » (§ 36)

« no necesariamente deben convertirse en una norma. » (§ 37)

« Esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. » (§ 39)
 

FALSO. Aquella bendición, a pesar de todo, es suministrada por un sacerdote, por lo tanto, por un ministro ordenado que también distribuye los sacramentos, y que, cuando bendice a las parejas homosexuales, no suele nombrar el mal (dado que no lo identifica en la práctica homo fiel y respetuosa), no suele tampoco nombrar el camino de conversión para salir del acto pecaminoso homosexual (la continencia y la ruptura de la pareja). Así que, en términos prácticos, su bendición resulta justificar a la pareja-acto homo. Digan lo que digan.
 
 

Mentira nº 3 : Esta nueva bendición no es un sacramento y, por tanto, no tiene nada que ver con el matrimonio.
 

« La presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión. » (Introducción)

« Por lo tanto son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como ‘unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos’, y lo que lo contradice. Esta convicción está fundada sobre la perenne doctrina católica del matrimonio. Solo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme. » (§ 4)
 

FALSO : Ese tipo de bendición constituye el primer paso hacia el matrimonio. Es ya una oficialización y un reconocimiento tácito y religioso de la pareja homo. El texto nos dice que la bendición no es un matrimonio, y se declara « firme » en este punto. Er… En términos de intenciones y fantasías, tanto en la petición de los que quieren ser bendecidos como en la mente del sacerdote que los bendice, sí, resulta ser una bendición conyugal y nupcial, un reconocimiento eclesial y una declaración de amor divino. Simbólicamente, es soñada como una boda religiosa. Hay que fijarse en el valor simbólico de una ley o de un ritual. Porque es una realidad que, tiempo después, puede comerse al verdadero sacramento original al que inicialmente pretendía imitar y al mismo tiempo renunciar. En este caso, el Papa Francisco cae en la misma trampa del sacramentalismo que antaño con el matrimonio homosexual. Para proteger el matrimonio-sacramento, pensó que la concesión de la Unión Civil homosexual sería un premio de consuelo y un medio eficaz de diversion : fue un error. ¡ Es la misma ley ! intencional y concretamente, ¡ la Unión Civil se convirtió en matrimonio gay ! Lo mismo ocurrirá con las bendiciones homosexuales : el Papa las concede a las parejas homos para que no toquen al sacramento del matrimonio. Es una mala estrategia : las parejas bendecidas querrán más tarde que la Iglesia reconozca oficialmente su « Amor », que Dios reconozca su « Amor », y que los sacerdotes las casen en lugar de limitarse a bendecirlas clandestinamente. El sacramentalismo es una terrible tentación y un terrible pecado.
 
 

Mentira nº 4 : Las bendiciones tradicionales no se verán distorsionadas por las nuevas bendiciones.
 

« la claridad de este documento y su coherencia con la constante enseñanza de la Iglesia » (§ 3)

« La respuesta del Santo Padre nos invita a hacer el esfuerzo de ampliar y enriquecer el sentido de las bendiciones. Las bendiciones pueden considerarse entre los sacramentales más difundidos y en continua evolución. » (§ 7 y 8)
 

FALSO. La bendición religiosa es siempre personal (ya que se dirige a personas). No colectiva. Sin embargo, esta nueva bendición elimina el carácter intrínsecamente individual de las bendiciones válidas, puesto que se dirige explícitamente a parejas. Por tanto, avala actos y no simplemente individuos. En definitiva, corrumpe las verdaderas bendiciones religiosas.
 
 

Mentira nº 5 : Esta nueva bendición no es normativa ni oficial : debido a su discreción y a su carácter opcional.
 

« No se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición. » (§ 38)

« De todos modos, precisamente para evitar cualquier forma de confusión o de escándalo, cuando la oración de bendición la solicite una pareja en situación irregular, aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. » (§ 39)
 

FALSO. Es una opcionalización pública, masiva y universal. Y avalada por el Papa y el Dicasterio.
 
 

Mentira nº 6 : Esta nueva bendición es bíblica y crística.
 

« Esta es también la comprensión del matrimonio ofrecida por el Evangelio. » (§ 5)

« Para reflexionar sobre las bendiciones, recogiendo distintos puntos de vista, necesitamos dejarnos iluminar ante todo por la voz de la Sagrada Escritura. » (§ 14)
 

FALSO : Nunca he visto a Jesucristo bendecir a parejas adúlteras u homosexuales.
 
 

Mentira nº 7 : Esta nueva bendición es una ayuda o una solicitud de ayuda.
 

« No se debe impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición. En la oración breve que puede preceder esta bendición espontanea, el ministro ordenado podría pedir para ellos la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad. » (§ 38)
 

FALSO: Se trata de una solicitud de respaldo, de consentimiento y de aprobación. No de ayuda. Lo mismo ocurre con los sacerdotes que bendicen a parejas homosexuales. No quieren simplemente ayudar a las parejas que bendicen o darles la fuerza divina para separarse y obedecer a la voluntad del Señor. Qué hipocresía… ¡ Creen en el « Amor homo » y hasta desean vivirlo por personas interpuestas !
 
 

Mentira nº 8 : Esta nueva bendición es una forma de decir a los homosexuales que la Iglesia y Dios les aman.
 

(c.f. párrafos de los « corazoncitos por todas partes »)

« mediante estas bendiciones, que se imparten no a través de las formas rituales propias de la liturgia, sino como expresión del corazón materno de la Iglesia » (§ 40)

« Así, la Iglesia es el sacramento del amor infinito de Dios. » (§ 43)

« Toda bendición será la ocasión para un renovado anuncio del kerygma, una invitación a acercarse siempre más al amor de Cristo. El Papa Benedicto XVI enseñaba: ‘La Iglesia, al igual que María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo.’ » (§ 44)
 

FALSO. En el documento, por un lado, se confunde a las parejas homosexuales con las parejas adúlteras. Cuando el adulterio es una elección. No la tendencia homo. Gracias por esa homofobia… Por otro lado, amarnos es nombrar el mal, pedirnos la continencia, pero a cambio de escucharnos, invitarnos, ofrecernos los medios de un apostolado de Fuego, y de reconocer públicamente y sin protestar que sois « homófobos », admitiendo humilde y conscientemente que hasta ahora no nos amáis.

8 Mensonges et hypocrisies du document du Dicastère sur les bénédictions des couples homos

Voir le document sur ce lien.
 

Mensonge n°1 : Cette nouvelle bénédiction ne justifie rien, ne promeut rien.
 

« En effet, par ces bénédictions, […] on n’entend pas légitimer quoi que ce soit. » (§ 40)
 

FAUX. Elle promeut implicitement l’acte homo, l’union homo en tant que couple et en tant qu’Amour (certes lacunaire et non voulu par l’Église… mais Amour quand même). Puisqu’il n’est pas question, dans le texte, de bénédiction des personnes homos prises individuellement, ou de chacune des deux personnes composant le couple homo. Non. Il est explicitement dit « bénédictions de couples de même sexe » (l’expression est utilisée 7 fois).
 
 

Mensonge n°2 : Cette nouvelle bénédiction n’est pas sacramentelle, ni liturgique. (… sous-entendu, elle ne justifie pas la situation des personnes qu’elle bénit… sous prétexte qu’elle est définie comme « non-rituelle », « non-liturgique », « improvisée », « non-officielle », « clairement distincte de la forme du mariage », « à l’initiative de chaque prêtre », et même « biblique »).
 

« Il faut souligner que, précisément dans le cas du rite du sacrement de mariage, il ne s’agit pas de n’importe quelle bénédiction, mais du geste réservé au ministre ordonné. » (§ 6)

« en évitant que ces bénédictions non ritualisées deviennent un acte liturgique ou semi-liturgique, semblable à un sacrement. » (§ 36)

« qui priverait les ministres de la liberté et de la spontanéité dans l’accompagnement pastoral de la vie des personnes. » (§ 36)

« ne doivent pas nécessairement être converties en normes. » (§ 37)

« cette bénédiction ne sera jamais accomplie en même temps que les rites civils d’union, ni même en relation avec eux. Ni non plus avec des vêtements, des gestes ou des paroles propres au mariage. » (§ 39)
 

Euh… elle est quand même distribuée par un prêtre, donc un ministre ordonné et qui distribue aussi les sacrements, et qui, quand il bénit, ne nomme en général pas le mal (en l’occurrence parce qu’il ne le voit pas dans la pratique homo fidèle et respectueuse), et ne nomme pas le chemin de conversion pour sortir de l’acte peccamineux (la continence et la séparation du couple). Donc, concrètement, sa bénédiction justifiera le couple-acte homo. Quoi qu’on en dise.
 
 

Mensonge n°3 : Cette nouvelle bénédiction n’a pas valeur de sacrement donc elle n’a rien à voir avec le mariage.
 

« Cette déclaration reste ferme sur la doctrine traditionnelle de l’Église concernant le mariage, n’autorisant aucun type de rite liturgique ou de bénédiction similaire à un rite liturgique qui pourrait prêter à confusion. » (Introduction)

« Par conséquent, sont inadmissibles les rites et les prières qui pourraient créer une confusion entre ce qui est constitutif du mariage, à savoir ‘une union exclusive, stable et indissoluble entre un homme et une femme, naturellement ouverte à la génération d’enfants’, et ce qui le contredit. Cette conviction est fondée sur la doctrine catholique pérenne du mariage. Ce n’est que dans ce contexte que les relations sexuelles trouvent leur sens naturel, propre et pleinement humain. La doctrine de l’Église sur ce point reste ferme. » (§ 4)
 

FAUX. Elle en est la première marche. C’est déjà une officialisation et une reconnaissance tacite et religieuse du couple homo. Le texte nous dit que la bénédiction n’est pas un mariage, et se déclare « ferme » sur ce point. Euh… En intentions et en fantasmes, dans la demande de ceux qui veulent être bénis, ainsi que dans la tête du prêtre qui les bénit, si, c’est une bénédiction conjugale et nuptiale, c’est une reconnaissance ecclésiale et une déclaration d’amour divin. Symboliquement, elle est rêvée comme un mariage religieux. Il faut regarder la valeur symbolique d’une loi ou d’un rituel. Car c’est une réalité qui, quelques temps après, peut manger le véritable sacrement premier qu’elle prétendait au départ pasticher et auquel elle prétendait initialement renoncer. Là, le Pape François tombe dans le même piège du sacramentalisme que pour le mariage gay. Pour protéger le mariage-sacrement, il a pensé qu’accorder l’Union Civile homo était un lot de consolation et un moyen de diversion efficace : erreur. C’est la même loi ! En intentions et concrètement : l’Union Civile est devenue le mariage gay ! Ça va faire la même chose pour les bénédictions homos : le Pape les accorde aux couples homos pour qu’ils ne touchent pas au mariage-sacrement. Mauvaise stratégie : les couples bénis voudront un peu plus tard que l’Église reconnaisse officiellement leur « Amour », que Dieu reconnaisse leur « Amour », et que les prêtres les marient au lieu de simplement les bénir clandestinement. Le sacramentalisme est une tentation et un péché terribles.
 
 

Mensonge n°4 : Les bénédictions traditionnelles ne seront pas dénaturées par les nouvelles bénédictions.
 

« la clarté de ce document et sa cohérence avec l’enseignement constant de l’Église » (§ 3)

« La réponse du Saint-Père mentionnée ci-dessus nous invite par ailleurs à faire l’effort de développer et d’enrichir le sens des bénédictions. Les bénédictions peuvent être considérées comme l’un des sacramentaux les plus répandus et en constante évolution. » (§ 7 et 8)
 

FAUX. La bénédiction religieuse est toujours personnelle (puisqu’elle s’adresse à des personnes). Pas collective. Or cette nouvelle bénédiction enlève aux bénédictions valides leur caractère intrinsèquement individuel, puisqu’elle s’adresse à des couples. Elle cautionne des actes et non plus simplement des personnes. Elle les dénature. Par conséquent, elle dénature les vraies bénédictions religieuses.
 
 

Mensonge n°5 : Cette nouvelle bénédiction n’est pas normative, officielle : due à sa discrétion et à son caractère optionnel.
 

« Il ne faut ni promouvoir ni prévoir un rituel de bénédiction des couples en situation irrégulière, mais il ne faut pas non plus empêcher ou interdire la proximité de l’Église avec toute situation où l’on recherche l’aide de Dieu au moyen d’une simple bénédiction. » (§ 38)

« En tout état de cause, précisément pour éviter toute forme de confusion ou de scandale, lorsque la prière de bénédiction, bien qu’exprimée en dehors des rites prescrits par les livres liturgiques, est demandée par un couple en situation irrégulière, cette bénédiction ne sera jamais accomplie en même temps que les rites civils d’union, ni même en relation avec eux. Ni non plus avec des vêtements, des gestes ou des paroles propres au mariage. » (§ 39)
 

FAUX. C’est une optionnalisation publique, massive et universelle. Et validée par le Pape et le Dicastère.
 
 

Mensonge n°6 : Cette nouvelle bénédiction est biblique et christique.
 

« C’est aussi la conception du mariage proposée par l’Évangile. » (§ 5)

« Pour réfléchir aux bénédictions, en recueillant différents points de vue, nous devons nous laisser éclairer avant tout par la voix de l’Écriture Sainte. » (§ 14)
 

Euh… Je n’ai jamais vu Jésus bénir des couples adultères ou homos.
 
 

Mensonge n°7 : Cette nouvelle bénédiction est une aide ou une demande d’aide.
 

« Il ne faut ni promouvoir ni prévoir un rituel de bénédiction des couples en situation irrégulière, mais il ne faut pas non plus empêcher ou interdire la proximité de l’Église avec toute situation où l’on recherche l’aide de Dieu au moyen d’une simple bénédiction. Dans la courte prière qui peut précéder cette bénédiction spontanée, le ministre ordonné pourrait demander pour eux la paix, la santé, un esprit de patience, de dialogue et d’entraide, mais aussi la lumière et la force de Dieu pour pouvoir accomplir pleinement sa volonté. » (§ 38)
 

FAUX. C’est une demande de caution, consentement et adhésion. Pas d’aide. Idem du côté des prêtres bénissant les couples homos. Ils ne veulent pas simplement aider les couples qu’ils bénissent ni leur donner la force divine pour rompre et obéir à la volonté du Seigneur. Quelle hypocrisie… Ils croient en « l’Amour homo » et souhaitent même le vivre par personnes interposées !
 
 

Mensonge n°8 : Cette nouvelle bénédiction est une manière de dire aux homos que l’Eglise et Dieu les aiment.
 

(c.f. paragraphes des « petits cœurs partout »…)

« par ces bénédictions, qui ne sont pas données selon les formes rituelles propres à la liturgie, mais plutôt comme une expression du cœur maternel de l’Église » (§ 40)

« L’Église est ainsi le sacrement de l’amour infini de Dieu. » (§ 43)

« Toute bénédiction sera l’occasion d’une nouvelle proclamation du kérygme, une invitation à se rapprocher toujours plus de l’amour du Christ. Le pape Benoît XVI enseignait : ‘Comme Marie, l’Église est médiatrice de la bénédiction de Dieu pour le monde’ » (§ 44)
 

FAUX. Dans le document, d’une part, le couple homo est amalgamé avec le couple adultère. Or, l’adultère est un choix. Pas la tendance homo. Merci l’homophobie. D’autre part, nous aimer, c’est nommer le mal, nous demander la continence, mais en contrepartie, nous écouter, nous recevoir, nous offrir les moyens d’un apostolat de Feu, et vous reconnaître publiquement homophobes sans rechigner, en avouant humblement et consciemment que jusqu’à présent vous ne nous aimez pas. Le Pape ne m’a jamais invité ni téléphoné

Le constat

 

Un gars homo catho de mon âge, qui s’adresse à moi hier soir à l’occasion de la sortie de mon livre, me demande :
 

– Tu dirais que tu as changé depuis le premier Philippe ?
 

Je lui réponds :
– Maintenant, je sais que les catholiques ne nous aiment pas (nous, homos). Avant, je me berçais encore d’illusions. Désormais, je l’ai vu et expérimenté. Nous ne sommes pas aimés des cathos.
Il poursuit :
– Même les homos continents ?
Je lui dis :
– A fortiori les homos continents. Même quand on obéit à ce que l’Église préconise, ils ne nous soutiennent absolument pas. J’en suis la preuve vivante.
Il me répond :
– J’ai envie de pleurer quand je lis ça.
Je lui dis :
– Je comprends. C’est révoltant, et bien triste pour l’Église-Jésus. Pleurons pour Jésus. Et les gens d’Église mourront principalement à cause de leur homophobie.
Il renchérit :
– … et moi je mourrai principalement de ma tristesse.
Je lui dit :
– Tu sais, X, l’Amour de Jésus recouvrira toutes nos peines et péchés. On ne reste pas dans l’Église pour les beaux yeux des cathos. Mais uniquement pour les beaux yeux de Jésus et de Marie.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

Parution de mon livre en 2 tomes Couples homosexuels : c’est quoi le problème?, aux éditions Falcon


 

Vous voulez une super idée cadeau pour Noël ? Mon nouveau livre ! Il vient de sortir, aux éditions Falcon.
 

Il fera plaisir à tout le monde, libèrera beaucoup de gens aussi, car il reprend toutes les opinions que j’ai pu entendre concernant l’homosexualité, en essayant de les comprendre et de se mettre à la place de chacun.
 

Couples Homosexuels: c’est quoi le problème ? Tome 1 (arguments POUR)
 

Couples Homosexuels : c’est quoi le problème ? Tome 2 (arguments CONTRE)
 

Merci d’en parler autour de vous (un seul mail suffit). Vous êtes mon unique publicité, puisque je suis boudé non seulement par la communauté homosexuelle mais aussi par la communauté catholique. Vous pouvez aussi le commander dans votre librairie de proximité, l’offrir pour Noël. N’hésitez pas.
 

Très joyeux Noël à chacun de vous.
 

Philippe Ariño
 
 
 

P.S. 1 : Mon documentaire « Les Folles de Dieu », qui devait initialement sortir en 25 parties, et dont 3 parties figuraient déjà sur YouTube, ne sortira pas, à cause de l’homophobie d’un des membres de notre équipe (explication ici). Tristesse. Mais c’est la liberté des Enfants de Dieu.
 

P.S.2 : Je me suis lancé dans une autre forme d’écriture : le podcast. Pour ceux que ça intéresse, vous pouvez aller voir sur Spotify le « Quizz Gay » (sur la culture gay), le « Quizz Franc-Cathonnerie » (sur la Fin des Temps, et sur l’infiltration de la Franc-Maçonnerie dans l’Église Catholique), les « Conseils de drague homo » (pour les homos, surtout !).
 

P.S.3 : Ceux qui veulent que je sorte un nouveau disque (qui parlera de sujets « légers » – haha : Franc-Maçonnerie, Marque de la Bête, Antéchrist, pseudo « vaccin », Apocalypse…), voici une cagnotte lancée sur Leetchi.

Y’a des messes comme ça…

 

On oublie trop souvent (ou bien, tout simplement, on ignore) que la messe est un lieu de rencontres humaines improbables et exceptionnelles. C’est d’ailleurs pour ça qu’il faut y aller (…même quand on n’en a pas envie). Car Dieu nous y attend. Et nous envoie ses messagers. Des personnes de grande valeur.

 

Je reviens justement de la messe de 12h15 à Saint-Roch (la paroisse des artistes de Paris) (j’y avais croisé la journaliste Léa Salamé il y a quelques années de ça). Une messe où on est la plupart du temps trois pelés et deux tondus, et où presque personne ne chante. Les lecteurs ne sont même pas prévus à l’avance (c’est la totale impro). Aujourd’hui (dimanche 10 décembre 2023), le prêtre a improvisé une homélie sans papier ; ça a même été la « quête à l’arrache » tellement ça sent l’amateurisme. Bref.
 

Eh bien le Seigneur a agi, puisqu’au moment de la deuxième lecture (deuxième épître de saint Pierre 3, 8-14), une femme d’une soixantaine d’années (blonde, qui a dû jadis être très belle), a fait lectrice au pied levé, parce qu’il n’y avait personne. Elle était arrivée en retard avec son mari, d’ailleurs (ils ne sont pas paroissiens de Saint-Roch), et ils avaient eu la bonne idée de se mettre au premier rang.
 

Sa lecture était tellement habitée (et d’ailleurs, elle m’apostrophait à certains moments du regard), que je me suis dit 3 choses : « Qui est-elle? » ; « Ce n’est pas elle qui parle, mais Jésus… ou la réincarnation de Jean-Baptiste! haha » ; « Il faut que j’aille lui parler à l’issue de la messe! ».
 

Et bien m’en a pris! Il s’agit de la romancière et comédienne Michelle Simon-Duneau. On a tout de suite accroché tous les deux (ça m’a rappelé l’évidence amicale que j’avais vécue avec la chanteuse Stéphanie Bach), en particulier sur le sujet de l’homosexualité (la « clé des cœurs », comme je me tue à le dire), qui, comme par hasard, va être le sujet de son prochain roman. On s’est dit que c’était un coup de la Providence, et qu’on allait se revoir.
 

Y’a des belles messes comme ça…

Astrid et Raphaëlle et Franc-Maçonnerie

 

Je suis en train de regarder la saison 4 de la série Astrid et Raphaëlle. Je n’ai pas rêvé quand j’y entendais de la Franc-Maçonnerie depuis le départ. Là, dans l’épisode 5 « Le Sacrifice du Fou », ils citent explicitement la corrélation entre jeu d’échecs et Franc-Maçonnerie (c.f. Pavé Mosaïque). Le commandant Perran dit : « Les échecs sont plus vieux que la Bible. La symbolique est infinie. Et on ne compte plus les liens qui unissent la Franc-Maçonnerie avec les échecs. » Par ailleurs, j’adore cette série : hyper bien écrite et jouée. Je la trouve formidable.

On se lance dans un deuxième album (apocalyptique) ?


 

Je viens de prendre un pot avec mon ancien arrangeur (J.-C. Wintrebert) de mon disque « Boulet de Canon », que je n’avais pas vu depuis quasiment 10 ans ! Un pur bonheur.
 

J’attire votre attention sur la création d’une cagnotte, pour partir sur un autre album, me lancer dans une nouvelle aventure. Il me faut trouver 8000 €, et ce sera possible. Merci pour votre générosité.
 

Voici les titres qui composeront le prochain album, intitulé “Fin d’un Monde” (très orienté eschatologie) :
 

1 – Marque de la Bête

2 – Vacciné

3 – Franc : Ma Connerie

4 – Dix plaies d’Égypte

5 – Cardinal Sarah

6 – Mal à qui ? (c.f. la prophétie des Papes et Antéchrist)

7 – Je t’aime

8 – Journaliste catholique (c.f. la CIASE)

9 – De izquierdas (chanson en espagnol)

10 – On va tous mourir

11 – Chez Jean
 

Correction de Toussaint

J’ai bien fait de me botter les fesses pour y aller. Je sors à l’instant de la messe de Toussaint au Sacré-Coeur, à 22h. Le coeur rempli. Un super prêtre (le père Michel Calliès) nous a parlé du Ciel.  

Pour résumer son homélie :
 

À la mort, l’âme qui ira direct au Paradis dira : « Dieu seul suffit » ; celle qui va au purgatoire dira : « Dieu me suffira (car il lui faudra vivre une purification, un dépouillement) » ; celle qui va en enfer dira : « Je me suffis à moi-même. »
 

Et en conclusion : « Alors la vie n’est pas si difficile. Elle est au contraire enthousiasmante. N’ayons pas peur de nos péchés. Saint François de Sales était très coléreux ; sainte Mère Teresa avait une hypersensibilité qui aurait pu la conduire en enfer ; et bienheureux Charles de Foucauld était un jouisseur… »
 

Au moment du baiser de paix, le père nous a même glissé : « Donnez la paix de Jésus à votre voisin… en ne perdant pas de vue qu’il est potentiellement un saint. » J’ai adoré. Haha.
 

Et l’ironie de l’histoire, la correction que j’ai reçue, c’est qu’en m’approchant de ce prêtre (que j’ai trouvé très consolant et vraiment saint) au moment de la communion, j’ai compris que j’étais tombé sur lui en confession dans la basilique, que je l’avais trouvé hyper froid, blasé, triste, taiseux et expéditif. J’étais même sorti du confessionnal en me disant que ça n’avait servi à rien, qu’il y avait des prêtres qui n’avaient pas la vocation et qui n’étaient pas bien dans leur sacerdoce ! (Haha) Eh bien ça m’apprendra à ne pas juger trop vite !!

Que penser du documentaire « Sacerdoce » ? (podcast)


 

Ça m’a pris 3 jours ! (piouf ! 😅)
 

Podcast « Quoi penser du documentaire ‘Sacerdoce’? » (cliquez ici).
 

J’y parle de la Franc-Maçonnerie inconsciente, ainsi que du coeur des abus sexuels sacerdotaux.
 

#prêtres #SAJE #CIASE #Pédophilie #Synod #Synode #Sacerdoce #LGBT #Église #Catholiques #Abussexuels #curés #Cinéma
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

N.B. : Pour les pauvres (ou les radins ! lol), pour ceux qui ne sont pas abonnés au podcast Spotify, mais qui veulent lire quand même (même si c’est moins bien que l’audio, et surtout, ça ne m’aide pas financièrement à sortir du RSA ni à valoriser mon travail), voici le texte :
 

En quoi le documentaire « Sacerdoce » (2023) de Damien Boyer, brossant le portraits de 5 prêtres français, pour montrer la beauté de leur célibat et de leur ministère d’hommes engagés au service des autres et du Christ, bascule sans s’en rendre compte dans la Franc-Maçonnerie ?

1) Parce que sa société de production (SAJE) est évangélique.

2) Parce qu’il présente des témoins vantant le sentiment amoureux.

3) Parce qu’il repose entièrement sur la franchise, la sincérité.

4) Parce qu’il développe les champs lexicaux de l’architecture et de la lumière, donc de l’auto-construction.
 

Réponse : 3. Parce qu’il repose entièrement sur la franchise, la sincérité. Au passage, dès les premières images, on peut constater que le film bascule dans l’intention : celle de se défendre contre la présomption de pédophilie et de frustration sexuelle pesant sur les prêtres catholiques, et celle de l’intention de redorer le blason catastrophiquement menacé de la curie mondiale actuelle. Autrement dit, l’intention prend le pas sur l’être, l’image et la réputation prennent le pas sur les gens et leur vie, l’argument ou le but prend le pas sur la personne et sa réalité pécheresse : comme dans le sketch du « Métro » d’Élie et Dieudonné : « Non, nous ne sommes pas des voleurs, non nous ne sommes pas des violeurs. », le documentaire « Sacerdoce » ne commence même pas par un bonjour ou une présentation de soi : c’est direct « Excousez-moi, messieurs dames, de vous déranger. Je ne suis pas ce que vous croyez. Je vais tout vous expliquer ! » Ça démarre mal. C’est la franchise avant la Vérité. Alors, j’ai identifié 3 types de franchise dans « Sacerdoce », sachant que la franchise (le remplacement de la Vérité-Amour par l’intention et l’image de cette Vérité-Amour) est la base de la Franc-Maçonnerie : il y a 1) la franchise de la pseudo « Nature » ; 2) la franchise de la pseudo « Force » ; et enfin 3) la franchise de la pseudo « Justice ». Commençons, comme je viens de vous le proposer, par la franchise de la pseudo « Nature ». « Sacerdoce », c’est vraiment le catholicisme à la sauce Yann Arthus Bertrand ou Nature et Découverte ou Rendez-vous en terre inconnue : on veut nous prouver que les prêtres sont naturels, simples, écolos, en communion avec la Nature autant qu’avec les Hommes, des humains comme les autres (ce qui n’est, en réalité, pas vrai : ils deviennent hommes et Dieu, après leur ordination. Mais bon, bref, passons). On voit ces soi-disant « Messieurs tout le monde » marcher au milieu des champs de blé, sous une averse de neige filmée au ralenti, on les voit aussi à la fête au village (« Du côté de chez vous : Leroy-Merlin »), ou bien, au sommet des cîmes, ou au cœur des bidonvilles (« La Cité de la Joie »). « Ce qui me plaît, c’est cette vie de village, dit le père Paul, vivre des passions et des activités comme les autres, ça me rend humain et accessible pour les personnes. » Okayyy. Leur naturalité est tellement exposée qu’elle en devient, à force, superficielle. Elle vire à la carte postale naturaliste, au folklorisme, à l’exotisme bobo, à la grossièreté même et à la fausse camaraderie bien démago. Il faut absolument prouver qu’un prêtre n’est pas coincé, qu’il est cool, proche des jeunes et des peuples, qu’il parle en verlan ou « djeunes », est mobile et nomade dans sa caravane, fait du skate ou du sport de haut niveau… et tout d’un coup, on bascule dans la posture sincère de coolitude, et une forme de mimétisme hybride – entre Église et loges télévisuelles ou cinématographiques – qui finit par foutre le malaise ou le doute : sortent les « potes », les « Ça roule ? », les tee shirts « Je suis ton père. » de Star Wars (saga complètement maçonnique), le « Yes ! » collectif à l’arrivée au sommet de la troupe des boy scouts, le prêtre qui te tutoie, etc. Le portrait-confidence se veut sans filtre, direct, nature, le curé qui fixe la caméra comme s’il s’adressait à toi, alors qu’en réalité, c’est l’effet selfie narcissique de l’influenceur avec un col romain qui prédomine. Ce culte de la Nature aboutit à une double franchise : celle de la gravité pathos et celle de la joie singée ou de la paix surjouée. En fait, les mecs ne sont pas du tout naturels. On assiste par exemple aux fausses visites improvisées chez l’habitant (alors que tout est scénarisé). Et puis, surtout, ils n’ont aucun humour. Ils sont d’une sincérité froide effrayante. Ce qui m’a marqué, c’est la scène, pourtant digne d’un bêtisier, où le réchaud du père Gaspard se casse la gueule dans la neige en pleine interview. On n’entend même pas de « Oh merde !! » de sa part, ni de fous rires, comme il eût été complètement logique. La séquence laisse les protagonistes de marbre. Super, l’ambiance de tournage et l’esprit du film… Y’a pas d’humour. Seulement des simulacres de joie. Pas de blagues, d’ironie, d’autodérision, y compris de jeu grinçant sur le cliché du prêtre cucul, illuminé, coincé ou du prêtre tradi has been. Tout est filmé au premier degré. Je peux vous dire qu’au tournage de mon documentaire « Les Folles de Dieu », plus artisanal et moins scénarisé, plus dans la spontanéité et le don entier de soi sans fioritures ni désir de bien paraître, presque toutes les séquences avaient leur part de drôlerie, de naturel, et pouvaient figurer dans un bêtisier ! Passons maintenant à la deuxième catégorie de franchise qu’on trouve dans « Sacerdoce » : la franchise de la pseudo « Force ». C’est celle qui fait de l’Église une vitrine d’action sociale, une ONG, une équipe de warriorsOn va en baver ! » dit l’un d’eux) ou de « champions » (« L’objectif, c’est d’être champion de France du clergé. » dit l’autre), bref, une équipe de winners (Dommage pour eux : la vraie équipe de Jésus n’est formée que de losers… mais bon… les réalisateurs de ce documentaire n’ont visiblement rien compris aux vrais prophètes et aux vrais prêtres, et sont à côté de la plaque). Et croyez-moi qu’ils ont l’air d’en faire, des choses et des exploits d’Hercule, les curés d’aujourd’hui ! : de la moto, du skate-board, du tir à l’arc, du rugby, de l’aviation, du cyclisme, du basket… Ils sont trop utiles, trop efficaces, trop actifs, ils sont trop sportifs ! Ils savent même comment on dresse une tente, un bivouac. Ils sont trop fooorts, ces architectes… euh, ces curés 2. 0 !! Euh… y’a comme une confusion inconsciente entre « sainteté » et « héroïsme » (j’dis ça, j’dis rien). Les prêtres triés sur le volet, ils sont surtout bien hétéros ! Il faut absolument qu’ils prouvent à un moment donné dans le documentaire leur désir pour les femmes ! Moi, perso, c’est mon cauchemar. Elle est où, Alizée ? « Sacerdoce » défend tacitement le mythe du « prêtre fort et pur (même s’il est parfois tenté, éprouvé, fragilisé, mais pas trop quand même) ». Ce film, c’est un peu l’Instagram de l’Église. Un miroir embellissant où les protagonistes sont avant tout applaudis pour leur apparence, leurs goûts, leur charisme, leurs actions, leurs performances, leur marque de singularité (le col romain, et leur statut de clergyman des temps modernes), et pas tant par leur sobriété, leurs mots, ni pour la nouveauté et le risque de leurs propos, ni pour Jésus, ni pour leur réalité plus générale, ordinaire et plus ingrate de prêtres. On ne nous montre que des prêtres dans des situations exceptionnelles, des prêtres de l’extrême, des aventuriers certes éprouvés face à une adversité mais pas broyés. On ne nous montre pas des curés représentatifs de tous les curés, ni des curés vieillissants, ou peu sportifs, ou pas gravures de mode, ou peu dynamiques, ou pas mondains, ou en paroisses avec 36 000 clochers, ou isolés, ou vivant une vie activement chiante. Et encore moins des prêtres pécheurs (matant leur porno chez eux, ou bien malades, alcooliques, criblés de dettes, homosexuels en cachette, etc.). Ce film doit d’ailleurs faire beaucoup de mal aux prêtres lambda, ceux qui ne sont pas formatés Instagram, justement, et qui doivent complexer grave face à la vitrine idyllique nommée « Sacerdoce ». Et il ne convertira pas beaucoup de non-cathos. Le curé en mobylette, la démagogie bobo, ça ne convainc que les catholiques convaincus… et encore. Y’a même pas de failles où s’engouffrer, dans lesquelles entrer ou auxquelles s’identifier ! Y compris quand on est catho de naissance. On nous présente un prêtre totem, fétiche ou monument, toujours debout (malgré ses chutes en vélo), symbole de la solidité de la franchise franc-cathonnique. D’ailleurs, les expressions du jargon maçonnique de l’énergie, de l’architecture et du soleil, émaillent çà et là « Sacerdoce » : le père Gaspard parle de « Sommet fraternel », fait chauffer le poêle et appelle ses jeunes « au dépassement de soi », tout en leur faisant ériger un autel en glace (c’est vraiment la publicité Manpower) ou en les soumettant à une Chaîne d’Union digne du « Cercle des Poètes disparus » ; le père Paul nous appelle à « œuvrer ensemble à restaurer la confiance » ; le père Mathieu, lui, nous enjoint à aider les pauvres et à construire un Monde plus fraternel ; et le dieu « Soleil », évidemment, est omniprésent et bénit tous ces chantiers architecturaux symboliques. En fait, dans ce reportage, les prêtres sont toujours finalement montrés comme forts. Ils sont tout juste ébranlés ou affectés par les faiblesses de leurs coreligionnaires, et à peine par leurs propres imperfections et tentations à eux, et surtout jamais par leurs chutes. Certes, ils vont jusqu’à évoquer leurs désirs d’abandon, de rupture du célibat, leurs envies de suicide… mais ça ne va pas plus loin qu’un vertige passager. Ils ne sont pas du tout montrés dans leurs faiblesses graves, leurs péchés. Ils sont montrés avec des faiblesses mais des faiblesses surmontées. Ce ne sont pas les vrais prêtres, ceux qui n’arrivent plus à prier, ceux qui sont à deux doigts de quitter le navire, ceux qui vivent des échecs irréversibles, des menaces de mort, des déceptions sacramentelles énormes, des problèmes apparemment insurmontables ou irréparables. « Je suis pas quelqu’un de parfait. » dit l’un d’entre eux : certes mais tu ne te reconnais pas comme pécheur ni criminel pour autant : le Christ, lui, a eu plus de couilles ! Il est allé jusqu’à s’identifier aux criminels et au diable pour les libérer, pour leur faire croire à la Croix que le premier et le pire des criminels c’était lui (alors que c’était pas vrai). « Il faudrait qu’on puisse voir un homme qui est donné. » affirme le père François : OK. Mais aussi donné dans ses blessures, et laideurs et péchés ! Je cite des aveux de faiblesse égrainés à certains rares moments du film : « Des fois, y’a des douleurs, des frustrations. C’est pas facile à vivre. Ça me fait mal. Y’a des nuits courtes, des tentations de suicide. » C’est un peu comme dans « Robin des Bois » : « Dans la vie, y’a des hauts, y’a des bas »… Ok les gars. Mais à vous entendre, y’a pas de péché. C’est juste des humeurs. Moi, je veux voir un film avec le père Philippe Rittershaus, ou le père Yannick Poligné, ou le père Ronan de Gouvello, ou le père Preynat au micro, sous le feu des projecteurs ! Tous ces curés avec une foi ardente, pris en faute pour homosexualité ou pédophilie ou trafic de drogues ou viol avéré, et piétinés en ce moment en place publique, sans possibilité de s’exprimer, de se défendre et de se rattraper ! En fait, malheureusement, les réalisateurs cathos ne choisissent que les purs, les curés corporate, les beaux (le père Paul, c’est le nouveau Richard Chamberlain), les relativement parfaits, les cools, les peu amochés, les vertueux, les exemplaires. Mais qui ça convainc ? Certes, ça rassure. Mais ça ne convainc et ne convertit quasiment personne ! Vous entendez, les gars hétéros d’Anuncio ? Tu entends, Émile Duport ? Les prêtres pécheurs et criminels ont des choses 100 fois plus belles, poignantes, délicates, subtiles et importantes à dire, y compris sur le sacerdoce et la formation (ou déformation) des futurs prêtres au séminaire ! Un cœur broyé par les péchés et transpercé de glaives saigne plus et irrigue bien plus de monde qu’un cœur intact, fût-il battant et en parfait état de marche ! Les prêtres Mère Teresa sont certes « admirables » mais chiantissimes. On n’a retenu quasiment aucune de leurs phrases (à part celle du renoncement – partagé avec les hommes mariés – à 99% des femmes sauf une. Merci : super…). Au fond, les curés de « Sacerdoce » se donnent à moitié, ou petitement, rationnellement, prudemment, méthodiquement. Ils ne donnent même pas leur nom entier : alors le vrai don, où est-il donc ? On nous parle de « faiblesse », de « combat », de « difficulté » : mais concrètement, on ne la voit pas ; ou en tout cas, pas la faiblesse plus honteuse, dévirilisante et désacerdotalisante. Ex-communiante. À ce propos, c’est le grand tabou de l’homosexualité sacerdotale. En fait, j’ai l’impression que la majorité des catholiques (laïcs, médias et clergé confondus) sélectionne les « épreuves des prêtres » (en focalisant – c’est bien commode – sur les abus sexuels, donc la présomption de pédophilie sur tous les prêtres, ainsi que sur le renoncement au mariage et à la sensualité conjugale), ils sélectionnent aussi les « épreuves des jeunes » (en focalisant sur le harcèlement sexuel, et en ce moment dans les sphères cathos, surtout, sur le porno). Et après, ils se gargarisent, comme le père Mathieu, d’avoir traité courageusement et sans langue de bois des sujets les plus urgents et tabous : « Aujourd’hui, on parle sans problème. » dit-il. Pour résumer, en ce moment, « la merde qui tient chaud » des prêtres, ce sont les abus sexuels (ça ressemble à un mea culpa qui se suffit à lui-même) ; la « merde qui tient chaud » des ados et des hommes pré-adultes, c’est le porno et la masturbation (on nous décrit les dégâts du porno : on nous parle – en cercle de parole – de son aspect culpabilisant, en cercle de parole). Ces merdes servent d’écran à d’autres tentations ou péchés bien plus répandus et urgents qui assaillent les prêtres et les jeunes d’aujourd’hui : homosexualité, addictions aux drogues, libertinage, adultère, vols, viols, prostitution, et même crimes… En fait, les catholiques et le clergé se limitent à traiter de leurs petits problèmes de riches, ou de problèmes secondaires, périphériques, et faussement « impressionnants », ou bien, quand ils se risquent à toucher des sujets graves, s’épanchent sur les problèmes des autres. La monstration de la faiblesse sacerdotale est toujours quand même au final au profit d’un triomphalisme héroïste et viriliste, voire paternaliste bien sûr, en mode « Cercle des Poètes disparus », ou bien « combat et dépassement de soi » (donc « performance »), en mode « victoire épique ». Pas de défaite, d’impureté, d’infamie, au tableau ! On finit même par un « Amen de Gloire ! » Ou on débouche la bouteille de champagne sur le podium ; ou on arrive au sommet de la montagne enneigée gravie ; ou on expose le lumineux Saint Sacrement en mode « Mission » au cœur des favelas du bout du Monde. Sur fond de Epic Music. C’est insupportable. C’est les camps virilistes du père Loiseau, du père Philippe de Maistre, ou le pélé de Chartres. Petits joueurs. Et surtout, grands hypocrites ! J’en peux plus de ces films cathos hétérosexuels ! Voilà. Les prêtres homos ou criminels sont abandonnés, cachés, alors qu’ils constituent quasiment la moitié des troupes cléricales réelles, et finalement la plus prophétique, la pierre d’angle. Et eux, vous les laissez complètement tomber, alors qu’ils pourraient sauver l’Église bien mieux que les prêtres parfaits, tirés à quatre épingles, dans les clous, et filant droit ! Troisième et ultime franchise observée dans le documentaire « Sacerdoce » (sans doute la pire, car elle s’avance sous la bannière de l’amour, de l’humilité et de la compassion pour les victimes) : c’est la franchise de la justice. Justice en général qu’on fait par soi-même et au nom de Dieu. Donc – autant vous dire – une cata. On ne sort pas de la logique binaire victimes/sauveurs. Avec les victimes bien séparées de leurs sauveurs, bien sûr. Et les sauveurs et victimes bien séparés des bourreaux par une frontière étanche. Une véritable absurdité anthropologique et spirituelle ! sans cesse contredite par le terrain ! Dans « Sacerdoce », on nous montre à énormément de reprises la scène du prêtre interprétant le rôle de « l’écoutant », du « psy thérapeute », qui acquiesce systématiquement et de manière un peu trop compassée pour être crédible (c’est ça avec le père Paul, et surtout avec le père Antoine, qui enchaîne les « oui » automatiques : « Mon père, j’ai été violée par mon frère. » « – Oui. » « et violée par mon mari. » « – Oui, tout à fait, je vous écoute. » « et violée par mon curé. » « – Oui, d’accord. C’est très émouvant. Oui oui. »). « Curé : le pouvoir de dire OUI ! » On a même droit au diagnostic du père Mathieu sur les mécanismes psychologiques victimaires du viol et de l’abus sur les enfants, dans son cabinet… pardon, dans son bureau. Ce ne sont plus des prêtres, mais des psys, des maîtres de sagesse de cercle de parole de développement personnel. Et bien sûr, les réels mécanismes du viol ou des abus dont on fait tant cas dans le documentaire, ils ne sont jamais abordés (l’homosexualité, notamment ; mais pas que ; il y a aussi la vraie contrition et idéalement la démarche audacieuse de chacun des prêtres de se reconnaître comme le pire des criminels et des pédophiles que leurs collègues pédophiles et/ou homosexuels officiellement incriminés… et de ça, on en est très loin !). Les gars, ce n’est pas à cause des abus sexuels que les gens ne croient plus au sacerdoce. C’est à cause du fait que vous, les prêtres, ne vous avouez pas pécheurs et criminels vous-mêmes (j’ai bien dit « vous-mêmes » : pas « les autres », ni « vos pairs » P.A.I.R.S., ou « coreligionnaires »). Face à la problématique et au raz-de-marée des abus et des scandales sexuels dans le clergé actuel, le prêtre Mathieu, depuis Manille, affiche à plusieurs reprises sa circonspection sincère : « Je n’ai pas d’explication. » Je je… je ne comprends pas. Les bras m’en tombent ! « Les pauvres ont l’impression qu’ils ne sont pas les bienvenus dans l’Église. » renchérit-il : À qui la faute ? À l’écran, on n’est pas face à des prêtres pauvres, véritablement piteux et honteux, véritablement contrits et salis par leurs propres péchés ! Vraiment piteux et honteux ! Ils sont « salis » par ceux des autres, peut-être, mais qu’est-ce qu’on s’en fout, en fait ! Les autres connaissent leurs péchés. Les pauvres connaissent leurs péchés ! En revanche, ces derniers veulent connaître les péchés des prêtres ! et leur humilité à les reconnaître, à se savoir pécheurs comme eux, voire plus pécheurs qu’eux, puisqu’ils sont prêtres et censés être plus purs qu’eux et purs comme Jésus ! Et alors, le clou du spectacle de cette franchise de la justice, c’est qu’elle se finit lamentablement sur l’accusation justicière, accusation basculant sans crier gare dans l’injure et la récrimination. En effet, les prêtres du documentaire « Sacerdoce » ne se contentent pas d’afficher leur honte et leur affliction face aux dérapages sexuels graves des prêtres de par le Monde : ils devancent la tribunal populaire en frappant eux-mêmes ou en crachant sur leurs collègues prêtres qui ont été accusés d’abus ou de viols, et qui ont eu le « culot » de salir leur propre réputation « sacrée » ! À l’instar du jeune prêtre versaillais Pierre-Hervé Grosjean, qui en conférence publique, a traité les curés pédophiles et ou homosexuels de « salopards », le père Mathieu, en grand justicier nettoyeur et vengeur, se lâche dans « Sacerdoce », en les appelant « les pervers », et en annonçant qu’il sera sans pitié avec ces derniers : « Au moindre truc, on dégaine. On les attend. » Wow… Propos véridiques. C’est dans le film. C’est scandaleux. C’est facile d’aimer les victimes et de maudire les bourreaux. Mais tellement plus difficile, saint et sacerdotal d’aimer les victimes mais de leur préférer leurs bourreaux (parce que eux, à cause de ce qu’ils ont fait, personne ne les aime !). Je suis prêt à parier que ces jeunes prêtres « exemplaires » ne s’entendent pas afficher leur vengeance et leur désir de purge, ne s’entendent même pas maudire les ennemis, et que peu de spectateurs cathos qui auront vu le film les entendent maudire les pécheurs, et s’en offusquent. Dans la franchise, il y a une violence et une entièreté, une intention désespérée, qui séduit les masses, qui est éclatante et faussement victorieuse. Avec moi, désolé, non seulement ça ne prend pas, mais pire, ça m’écœure. Là-Haut, on va avoir des grosses surprises ! Les sacerdoces les plus courageux, les plus humbles et les plus aimants ne seront pas ceux qu’on a crus à l’image. Je termine enfin mon plaidoyer pro-curés-violeurs-et-pédophiles en signalant l’injonction paradoxale qui vient clore le documentaire : celle du chant final « Regardez l’humilité de Dieu », interprétée par les petits chanteurs à la gueule de bois, en grandes pompes, avec orchestre symphonique et musique grandiloquente en renfort, chanson spatiale qui nous casse les oreilles… et qui au bout du compte casse l’humilité de Dieu, justement, alors qu’elle prétend sincèrement illustrer et honorer cette dernière. Voilà, en quelques secondes, tous les paradoxes de la franchise et de ce documentaire ! À trop être franc et bien intentionné, on en devient faux et sincèrement menteurs.