¿ Cuál es el problema con el cardenal Sarah?


 

Muchos católicos hispanos, seducidos por la retórica barata del cardenal Sarah, me preguntan cuál es el problema con él. En pocas palabras : 1) cuenta naderías ( a menudo la jerga natalista y mesianista) que son evidencias pero no prioridades ; 2) cancela y prohibe el analisis sobre la homosexualidad (se sirvió, entre otras cosas, de mi viaje a Costa de Marfil en 2014 para asustar a la gente con el cuento del « lobby gay occidental » ; y sobre todo, durante las conferencias pre-sinodales sobre la homosexualidad en 2015, impidió que se tratara de la homosexualidad porque para él, es una irrealidad y un peligro diabólico) ; 3) se venga de lo que llama el « occidentalismo », aunque idealice de cierta manera lo que odia. ; 4) espiritualiza y demoniza al « lobby gay » como una « ideología » (sin jamás explicitarla) sin entender que este lobby es el lobby heterosexual ; 5) confunde la diferencia de sexos con la heterosexualidad, respaldando además la heterosexualidad ; 6) es arribista y se interesa por el poder (se hace de embajador), aunque se haga de humilde y de anticonformista (promotor de un mesianismo milenarista rebelde) ; 7) se opone al Papa Francisco (aunque de momento, finja la obediencia) ; demoniza la « ideología de género » pero no ve que ésta es la heterosexualidad ; 9) prefiere los rituales (misa tridentina, ad orientem) y las meta-verdades, a Cristo y a la Verdad ; 10) su « silencio » es muy ruidoso ; 11) Uno no corre ningún riesgo en compartir las publicaciones de este cardenal, puesto que sus palabras no son de Dios (la verdadera Palabra de Cristo es escandalosa, y arriesga la vida y la fama de cualquiera que la comparte… y no es el caso del discurso del cardenal, hueco y falsamente valiente). A mi parecer, este clérigo es un impostor : su discurso no sólo es inútil sino además peligroso, aunque parezca ser una garantía de preservación fiel de la Santa Doctrina y del Santo Culto. Judas era igual de crístico, de escrupuloso, de zelote y de burócrata.