El derroche vocacional de la homosexualidad (el testimonio de Esteban, un amigo boliviano seminarista)

Points Coeur
 

Para empezar, os comparto, con su permiso (y cambiando los nombres, el país), tres maravillosos correos electrónicos recibidos hace una semana, por parte de un amigo ex-seminarista, Esteban, treinta años, que lucha por seguir a Cristo. Un olvidado de la llamada eclesial a la santidad, un hombre fuera de la norma, y que no tiene (aún) mi suerte de vivir la alegría inmensa y liberadora de la evangelización a través de la homosexualidad.
 
 

MAIL 1 :
 

Mi querido hermano, espero que me recuerdes!
 

Me gustaría contarte un poco de mi situación, pero en estos momentos no me encuentro en mi computadora y no estoy solo, jejejee para escribirte necesito un buen cigarrillo y un café… solo escribo este mail para no perder tu correo por que mi cel anda fallando…. en verdad necesito contarte muchas cosas como a un hermano…. solo puedo decirte que por la gracia de Dios sigo en pie después de tres meses de haber salido del seminario. jajaja soltero y solo para Jesús.
 

Te escribo luego.

 

Esteban

 
 

MAIL 2 :
 

Querido hermano:
 

Espero no robarte mucho de tu tiempo…
 

Desde hace algunos días he pensado en escribirte, pero sinceramente no se cómo hacerlo. Pero bueno, comenzaré por hablarte un poco de mí…
 

Como ya te había dicho, salí del seminario hace tres meses, los motivos de mi salida ya te los puedes imaginar, jejeje… no no no hice un gran escándalo allí… Mira, desde un inicio yo intenté ser lo mas sincero con mis superiores, es decir, les dije de esta « dificultad », pero mi director espiritual me dijo que no había ningún problema, siempre y cuando yo hablara con la mayor sinceridad posible… y bueno, la verdad es que siempre lo intenté… Durante cinco años las cosas caminaban muy bien, tanto en mis estudios como en la relación con mis compañeros de comunidad, pero el verano pasado la cosa comenzó a cambiar… comencé a tener mucho apego hacia uno de los hermanos y él hacia mí, pero no era nada grave, es decir, él siempre me veía como a un gran amigo, como a un hermano. Su nombre es Ricardo y la verdad es un hombre con un gran corazón que todo lo que quería era hacer la voluntad de Dios en todo momento, me atrevo a decir que era un santo. Para mí era como el hermano que nunca había tenido (yo soy hijo único), él, me enseñó a nadar y a jugar futbol y siempre estaba dispuesto a escucharme cuando yo me encontraba mal. Cuando yo me di cuenta que las cosas ya no iban bien, al menos de mi parte, le dije a mi director espiritual, y él me aconsejó que me alejara pero de manera gradual… yo no obedecí del todo sus consejos y la cosa empeoró por que yo empezaba a salirse de mis manos y ya no podía pasar una hora sin hablar con él, después de estos ataques de necesidad de hablarle, aunque fueran cosas tontas o sin importancia, me venía a la mente unos escrúpulos inmensos de que él ya no me iba a hablar, de que el sospechaba que era gay o que simplemente ya no me iba a hablar, y bueno, lo que hacía para calmar esa ansiedad era ir otra vez a visitarlo a su habitación para preguntarle lo que él pensaba de mí… Ricardo siempre me ayudaba y me decía que yo era como su hermano y que nunca pensaría algo malo, que él sabía que yo era un chico bueno pero sensible, que tuviera paciencia conmigo mismo y que tratara de controlarme, porque a pesar de que con él no había problemas, con los superiores podía haberlos. Yo me calmaba por unos días pero después la necesidad de estar con él era otra vez insoportable, hasta que un buen día me di cuenta que esto me estaba volviendo loco y que no podía seguir así! Una noche antes de la cena yo tuve un ataque de nervios y corrí por toda la casa como loco y llegué hasta la oficina de mi superior (él ya estaba al tanto de mi situación), al inicio parecía confundido, pero lo que hizo fue tranquilizarme y decirme que no me preocupara que me iba a ayudar en todo, que estuviera tranquilo… días después yo le pedí ir a ver a un psicólogo por que no podía dormir por las noches, tenia ataques de ansiedad y perdí el apetito… mi superior me llevó con un psiquiatra para que me diera algún medicamento… fui a terapia como unos dos meses y también estaba en dirección espiritual. Tanto el psiquiatra como mi director me decían que tenía que aceptar mi realidad y caminar con esta cruz.
 

Hago una pausa para contarte como la pasaba yo en esos momentos: tenía una carga moral terrible, a cada momento me preguntaba por qué a mí me había pasado esto?!… era irónico estar en un seminario y ser así como era, me sentía como un hipócrita. Intenté quitarme la vida y me refugié en el alcohol…por supuesto me alejé de la oración y veía como poco a poco mi vida se iba a la basura… si yo salía del seminario, adónde iría?, no iba a ser capaz de estar en el mundo sin caer!
 

El pasado mes de febrero pedí a mis superiores dejar el seminario y pasar algunos meses en la casa de misión que tenían en Bolivia, ellos aceptaron. Durante tres meses estuve en la casa de misión, pero allí el trabajo consiste en vivir en una casa hogar con niños huérfanos, como te imaginaras los padres tomaron las medidas necesarias conmigo, (y aunque me dolió, lo entiendo) no me permitieron estar con los niños, ni ser responsable de ninguna labor en el hogar y el colegio; mi trabajo consistía en limpiar el jardín y la biblioteca de padres. Mi corazón se apagaba poco a poco, la alegría que me caracterizaba se acabó, sólo buscaba estar solo y olvidar de la manera que fuese mi realidad… El padre general me escribió una carta en la que me decía que ya no podían hacer más por mí, que sinceramente él ya había perdido las esperanzas en que yo pudiera salir de mi situación viviendo allí. Yo acepté y reconocí que era lo mejor, YO TENIA MIEDO de lastimar a alguien de nuestros niños, y aunque el corazón se me partía creí que era lo mejor para todos…¡¿como Dios podía elegir a alguien como yo?!, era imposible, yo me había engañado o me había refugiado en el seminario para ocultar mi realidad… auch! jejeje ahora que te escribo no puedo evitar derramar unas lagrimas. Por qué Philippe sufro con algo que yo no he pedido sentir!, por qué tengo que renunciar a mis sueños!… sinceramente me siento como un monstruo. Me he tenido que enfrentar al vértigo de mi futuro, todo lo veo negro, se me han cerrado las puertas en todo lugar. Como te imaginarás, no puedo ingresar a otro seminario con este historial, tampoco puedo casarme por que sería un mentiroso. No he dicho nada a mis padres a cerca de esto, y no estoy preparado para hacerlo, por ahora me he dedicado al deporte, bicicleta, natación… pero la gente pregunta cuándo voy a regresar al seminario, … el tiempo se me está acabando. Además, hace unas semanas he conocido a un chico con el cual me la llevaba bien, pero me doy cuenta que estoy enfermo, soy posesivo con él, me enojo si no me escribe algún mensaje al día y ese tipo de estupideces! Te das cuenta de lo enfermo que estoy?
 

Reconozco que necesito ayuda, pero por desgracia aquí no la hay.
 

Nunca he hablado con chicos con este tipo de situación, siempre me he alejado de los chicos gays.
 

Si tu me conocieras tal vez te darías cuenta por que lo has vivido, pero aquí no se imaginan lo que pasa conmigo. Aparentemente soy un chico normal que tiene amigos, los más mujeriegos por cierto, amigas. Aquí la gente mayor, de cierta manera me estima mucho por lo de el seminario, los jóvenes me admiran y bueno, para mis padres soy su orgullo.
 

Hermano, necesito tu ayuda.
 

Perdonarme si me he explayado mucho pero necesitaba hablar con alguien por que desde que salí del seminario no lo he hecho, agradezco tu tiempo y me encomiendo a tus oraciones.
 

Tu hermano en Cristo: Esteban

 
 

MAIL 3 :
 

Querido hermano; por supuesto que puedes utilizar mi texto, todo sea para mayor gloria de Dios y para que muchos otros jóvenes que se encuentran en una situación parecida puedan encontrar la fuerza para continuar en e seno de la Iglesia.
 

Tengo que contarte que tengo una madre espiritual, ella estuvo 16 años con las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa pero por motivos de salud tuvo que salir, ahora vive en mi pueblo y también ella esta trabajando mucho por apoyar a chicos y chicas en esta situación, le comente que por gracia de Dios te he conocido (por que así lo creo) y me ha pedido la posibilidad de tener tu correo.
 

Bueno hermano, yo se que el demonio me cobrará con intereses esto, por que creo que lo que él quiere a como de lugar es que nos apartemos de Dios y nos sintamos rechazados por Dios.
 

Te agradezco mucho, esperemos que todo esto redunde para mayor gloria de Dios y para el bien de tantas almas.
 

Per Regnum Christum ad Gloriam Dei.

 
 
 

A fuerza de ver a hombres y mujeres homosexuales extraordinarios en la Iglesia católica, pero que no encuentran su sitio porque muchos eclesiásticos no se lo ofrecen, o porque ellos mismos necesitan una energía fenomenal para salir del anonimato, me hago la pregunta: « ¿ Cuándo llegará la hora de la PROPUESTA (y no sólo un acompañamiento tímido) ? ». A veces salen del seminario y son soltados en libertad sin camino vocacional real detrás, con el bebé de su vergüenza en brazos, permanecen en la estacada, porque su homosexualidad es tanto sobreestimada como devaluada (¡sin ser reciclada útilmente y santamente !).
 

Si la Iglesia remite a las personas duraderamente homosexuales – que no están bien en el matrimonio hombre-mujer ni en el sacerdocio – al aislamiento del celibato y a la inhibición, sin proporcionarles un camino vocacional concreto, sin oficializar este celibato de manera sacramental, pública y eclesial, Ella las apagará como si fueran velitas moribundas. Y sobre todo, Ella deja pasar la dimensión fuertemente evangélica de la homosexualidad, se priva de la aportación de individuos que constituyen Su piedra angular y Su factor unificador más importante, individuos que aspiran a grande, que tienen un alto potencial para la evangelización, que no sólo tienen que « convivir » con sus tendencias y « gestionarlas » con discreción sino ofrecerlas al mundo, que despliegan una gran cantidad de cualidades una vez que sus impulsos sexuales son canalizados, dados a la Iglesia y vividos en la continencia. Esta es la dimensión misionera, profética y de santidad de la homosexualidad que de momento se ignora y se deja reposar. ¡Qué desperdicio!
 

Para celebrar el inminente fin de los tiempos (cf. el tercer secreto de Fatima), y frente a esta mano de obra desaprovechada (o subempleada) que no se siente llamada a la práctica homo ni que desea adentrarse por la vía muerta de un sacerdocio clásico o de un matrimonio infeliz, debemos pensar rápidamente en la creación de un movimiento tal vez más ambicioso que Courage, una fraternidad que inunde las esferas políticas, eclesiales, mediáticas, artísticas, intelectuales, y sobre todo el ámbito de servicio a los pobres, una fraternidad que tome su bastón de peregrino y lo deje todo para vivir su misión específica. Las persecuciones y la III Guerra Mundial (ya anunciada por Francisco) nos ayudarán a ello. ¡ Estoy ansioso por ver la cara y la fuerza de mis futuros compañeros-mendigos de esta armada crística rosa ! Nuestra salida de la tumba es inminente.
 
 
 

Evangelio según San Mateo, 10

1. Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder sobre los malos espíritus para expulsarlos y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.

2. Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;

3. Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo;

4. Simón, el cananeo y Judas Iscariote, el que lo traicionaría.

5. A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones siguientes: «No vayan a tierras de paganos, ni entren en pueblos de samaritanos.

6. Diríjanse más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

7. A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!

8. Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar.

9. No lleven oro, plata o monedas en el cinturón.

10. Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.

11. En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan.

12. Al entrar en la casa, deséenle la paz.

13. Si esta familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes.

14. Y si en algún lugar no los reciben ni escuchan sus palabras, salgan de esa familia o de esa ciudad, sacudiendo el polvo de los pies.

15. Yo les aseguro que esa ciudad, en el día del juicio, será tratada con mayor rigor que Sodoma y Gomorra.

16. Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma.

17. ¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas.

18. Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.

19. Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir.

20. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes.

21. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán.

22. Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará.

23. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.

24. El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente por encima de su patrón.

25. Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia!

26. Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse.

27. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas.

28. No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.

29. ¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre.

30. En cuanto a ustedes, hasta sus cabellos están todos contados.

31. ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto no tengan miedo.

32. Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos.

33. Y al que me niegue ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los Cielos.

34. No piensen que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada.

35. Pues he venido a enfrentar al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra.

36. Cada cual verá a sus familiares volverse enemigos.

37. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.

38. El que no carga con su cruz y viene detrás de mí, no es digno de mí.

39. El que vive su vida para sí la perderá, y el que sacrifique su vida por mi causa, la hallará.

40. El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profeta.

41. El que recibe a un hombre justo por ser justo, recibirá la recompensa que corresponde a un justo.

42. Asimismo, el que dé un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, porque es discípulo, no quedará sin recompensa: soy yo quien se lo digo.»

 
 
 

Para seguir la reflexión : mi libro La Homosexualidad en verdad.